martes, 22 de diciembre de 2015

Nelly Céspedes: “La espiritualidad y los valores son las claves del éxito de un profesional de enfermería”


  •           Profesional con más de 40 años en el campo de la  enfermería  y la docencia.
  •        Tiene dos publicaciones de investigación.

       Nelly Céspedes Cornejo, tiene dos de las principales características de una enfermera. Es amable y bondadosa.

      Esos dones espirituales, la han convertido en una de las docentes más queridas de La Escuela Tezza, institución a la que llegó hace veinticinco años para asumir el curso de Crecimiento y Desarrollo para los alumnos de séptimo ciclo y Seminario de Tesis I y II para los alumnos de noveno y décimo.

         Ella siempre soñó con ser educadora. Una vez terminada la secundaria, en su ciudad natal de Chincha, quería seguir estudios de educación en un internado pero al poco tiempo comenzó a trabajar como recepcionista en la Compañía Telefónica; para ayudar en casa. Estuvo ahí por siete años. A la par, cosía blusas y las vendía para tener un ingreso extra.



        Cierto día, cuando ya tenía veinticinco años,  se encontró con un profesor que la animó a seguir estudios profesionales de enfermería. A pesar que no conocía casi nada sobre la carrera; aceptó el reto porque iniciaría los estudios en el internado de la Escuela de Enfermería Carrión del Callao y los terminaría en la Universidad Federico Villareal.

         Sus deseos de ser profesora los guardó por un momento para descubrir una nueva faceta. La de enfermera. Descubrió que el trato a los pacientes y el cuidar de ellos era lo que quería hacer en adelante. Su excelente disposición para aprender; la llevó a trabajar en el Hospital San Juan de Dios una vez culminada la carrera.


       “Yo pensé que mi vocación era la enseñanza, pero me di cuenta que el contacto con los pacientes también eran parte de mí” fue tanto su amor por los enfermos que uno de ellos le propuso ser la madrina de su boda. Siempre cuidaba de él como si fuera de su familia.

         Por ese tiempo, los hospitales tenían pocos pacientes,  por tal motivo,  su jefa la envió al Hospital Almenara a capacitarse. Su estadía en el lugar había hecho de ella una enfermera comprometida con su labor al punto que le ofrecieron quedarse a trabajar ahí. Ella no aceptó. Había dado su palabra de regresar a San Juan de Dios una vez terminada la capacitación porque no podía defraudar la confianza que habían depositado en ella.

          En el Almenara, aprendió a que siempre había algo que hacer. Visitar a los enfermos en sus habitaciones para ver si necesitaban algo, era sumamente importante. Ese ímpetu que la movía, un día le salvó la vida a un recién operado. 

En una de esas rondas; vio a un paciente que tenía las vendas de su pierna mojadas, llenas de sangre “la sangre era de una de sus arterias porque era rojísima y no medio oscura cuando se trata de la vena” relata con sabiduría. Se asustó mucho y lo primero que se le ocurrió fue presionar la herida con sus manos para que deje de sangrar. “! Auxilio, auxilio! grité para que vinieran a socorrer” El paciente estaba inmóvil. De inmediato llegaron los médicos.


         Ella no sacó sus manos hasta que lo trasladaron a la camilla y se lo llevaron por el ascensor. “Fue una experiencia que jamás olvidaré porque siempre trato de inculcar a mis alumnos a ser atentos y meticulosos”. Asegura esta destacada docente que también tiene una maestría en Psicología, con mención en Problemas de Aprendizaje.

         Precisamente esas cualidades, la llevaron a incursionar en la docencia. Profesión con la que siempre había soñado. Por ese entonces, cuando tenía veintiocho años, estaban en busca de voluntarias para dictar el curso de Auxiliares de Enfermería de la Escuela de Salud Pública. Nadie se ofreció, sin embargo, algo en su interior hizo que se levantara de su silla para decirle a la encargada que ella quería enseñar. La capacitaron junto a tres enfermeras. Es así como inicia su carrera de maestra.

       Su sueño de enseñar, siempre estuvo latente. Quizá en su interior estaba destinada para ejercer ambas profesiones. La profesora Nelly, tiene más de cuarenta años al servicio de la enfermería y la docencia. La Escuela Tezza, se ha convertido en su segundo hogar gracias a que un día llegó para quedarse.

        Cuando no está en clases, viaja a Chincha con la familia a preparar una rica carapulcra, plato favorito de sus tres hijos varones y su nieto. Además, como buena enfermera, le encanta que todo esté en orden y siempre limpio.



        Ella es una persona que cultiva los valores como el respeto, la sinceridad, la puntualidad y la responsabilidad.  Esas características, las plasma en cada lección que tiene con sus alumnos. “A ellos siempre les digo que la espiritualidad y los valores son las claves del éxito de un profesional de enfermería” Afirma.

      Además, ha participado en dos publicaciones como investigadora. Sin duda, su excelente profesionalismo le permite formar nuevos valores de la enfermería y la ha convertido en una de las más queridas de la Escuela Tezza.

DATOS DEL DOCENTE:
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  1.  Magister en Psicología, con mención en Problemas de Aprendizaje por la Universidad  Ricardo Palma.
  2. Diplomado en Currículo por Competencias por la Universidad Ricardo Palma, en convenio con la Escuela de Enfermería Padre Luis Tezza
  3. Licenciada Enfermera, graduada en la Universidad Nacional Federico Villarreal; con estudios de Doctorado en Negocios Globales por la Universidad Ricardo Palma.
  4. Diplomado en Estadística por la Universidad San Martín de Porres.
  5. Docente en actividad de la Escuela. Coordinadora de la Maestría en Enfermería, con mención en Gestión y Administración de Enfermería.
Producción de Libros:
    1. MARTÍNEZ OBE, CÉSPEDES CN. Metodología de la investigación. Estrategias para investigar. Ediciones Libro Amigo: Lima-Perú, 2008.
    2. CÉSPEDES CNT. Resúmenes de Investigación. Escuela de Enfermería Padre Luis Tezza. Lima-Perú, 2008.

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